Siargao es una isla que se encuentra al sur y que al igual que Camiguin pertenece a la región de Mindanao, ambas totalmente seguras.

Siargao es la isla más rural en la que hemos estado. En el aeropuerto, una pista de aterrizaje donde apenas se distingue el asfalto, te la bienvenida. Muchas cosas son las que nos llamaron la atención de esta isla: sus extensiones de palmeras nos hicieron poner la piel de gallina, parecían el escenario de Jurassic Park, nos contagió la personalidad surfista de sus playas y la amabilidad de sus gentes, y pudimos ir con la melena al viento porque condujimos la moto sin casco (algo totalmente normal allí).

Los trycicle serían los característicos taxis en estas islas. Y las motos el medio de transporte, por lo que es ideal alquilar una. Nosotros nada más llegar al aeropuerto regateamos el precio con un grupo de filipinos que alquilaban sus propias motos y pudimos recorrer con nuestras mochilas las carreteras de esta increíble isla, quedando impresionados por el paisaje que ante nosotros se abría paso y los gritos de los niños que nos saludaban por los pueblos que íbamos cruzando.

Repostar la moto implica parar en casa de un local. Te sirven el combustible en botellas de litro de Coca-Cola, dejando de lado la seguridad y los cursos de prevención de riesgos laborales.

El mercado local y la lonja a pie de playa donde su particular aroma te echará para atrás, son los sitios donde más barato se puede comer.

Un día nos dedicamos a hacer uno de los clásicos hopping island, los tours más característicos de las islas de Filipinas, que consisten en alquilar una bangka e ir saltando de isla en isla. Guyam Island, Daku Island y Naked Island fueron las paradas del tour donde la última, como su nombre indica, está completamente “desnuda”, y que más que una isla es una lengua de arena. Hicimos snorkel y vimos las curiosidades del fondo marino con sus imponentes corales.

Conocimos a un grupo de madrileñas que nos invitaron a sumarnos a su aventura, eran encantadoras. Almudena, Cristina, Corinne y Laura, nos hicisteis sentir realmente a gusto y a lo largo de todo nuestro viaje por Filipinas nos íbamos acordando de vosotras 🙂

Otro de los días lo dedicamos a visitar otra zona de Siargao, dirección norte: Magpupungko, unas piscinas naturales que es recomendable ir cuando la marea está baja y la Playa del Pacífico, una increíble playa de arena blanca rodeada de palmeras.

Aprovechando el viaje hacia estos dos puntos, nos fuimos parando por los puntos interiores, pueblos, chabolas (muchas sin agua y luz), o las casas construidas en los manglares del pueblo llamado Pilar.

Nosotros estuvimos alojados en General Luna, el lugar más atractivo para pasar noche ya que está bastante adaptado al turismo, sin llegar a perder el punto “rural” característico de la isla. Es un lugar muy auténtico y nos encantó. Desayunamos-comimos-cenamos en múltiples ocasiones en el Bravo Beach Resort Siargao, donde permiten pagar con tarjeta de crédito y la comida es deliciosa. Para los adictos a la fibra, recomendamos los fruit bowls de Crêpes Siargao Cafe, súper ricos.

Prueba en movimiento de nuestro viaje:

Categorías: Viajes

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